Piper, uno de los teólogos más reconocidos del mundo, ofreció una breve introducción al concepto bíblico del pecado como una ofensa contra la santidad de Dios.
Uno de los temas más debatidos en los últimos años, la homosexualidad, sigue siendo un punto de fricción para los predicadores y activistas LGBT, que tratan de imponer la práctica como algo natural e incluso buscan reinterpretar la Palabra de Dios.
Para el pastor, hay varias razones claras por las que la Biblia condena la homosexualidad. Las cuales no pueden cambiarse por los hombres, ni siquiera por aquellos que buscan aceptación.
«Para cada pecado, hay varios niveles de razones por las que es ofensivo para Dios y por las que debe evitarse. Lo más simple es decir lo que la Biblia dice que es. Deberíamos empezar por ahí, y si podemos profundizar, genial», comentó.
Piper menciona que el tema central está en una de las cartas del apóstol Pablo, quien dedicó su vida a predicar a los pueblos no judíos. La práctica homosexual ya era común en esa cultura, incluso en su época.
Para Piper, «claramente se evidencia en Romanos 1:24-29, que es algo malo y debe evitarse», añadiendo que este es uno de los pecados que claramente señalan que sus practicantes no pueden salvarse si no se arrepienten.
En un segundo punto, John Piper asegura que la homosexualidad sería una disfunción sobre la que Dios no deja lugar a discusión, ya que el sexo mismo es un don dado con el fin de glorificar al Creador.
«La sexualidad es una idea de Dios y debemos aprender de Él qué es eso. Él es un hombre y una mujer creados bellamente y complementarios para que sean una sola carne. Y tratar de hacer lo contrario es una distorsión, una corrupción, una disfunción en la forma en que lo hizo Dios. Esta es la segunda capa», continuó.